domingo, 27 de diciembre de 2009

-EL ABUELO

Hacia ya mucho tiempo, que todo había vuelto a su silencio habitual.
Los gritos desgarradores habían desaparecido, y junto a ellos, el hambre, la tiranía, el dolor y el miedo.
Habían sido tiempos difíciles en una época donde sobrevivir era el único pensamiento.


Así comenzaba una de las historias favoritas que mi abuelo me contaba cuando era muy pequeño, pero sin saber como, con los años, la había olvidado.
Lo más fácil hubiese sido volver a pedirle que me relatara aquella historia, pero el tiempo de mi abuelo, como contaba en su propia historia, hacia mucho que había terminado.
Aun recuerdo la última vez que lo vi, con su enorme sonrisa, postrado en su vieja cama, rodeado de sus cientos de artilugios a los que llamaba tesoros.
Recuerdo subir las escaleras, tembloroso, con el tic tac del viejo reloj de péndulo inundando el silencio de la casa y escuchar su voz grave desde su habitación:
-Pasa- dijo con una voz cansada pero sin perder la sonrisa.
-Hola abuelo- dije desde el umbral de la puerta sin saber que decir.
-Acércate, tengo algo muy importante que decirte. Ven siéntate aquí a mi lado.

Recuerdo acercarme muy lentamente, entre asustado y vergonzoso, sin saber que hacer ni que decir.

-Oh, dale un abrazo a tu abuelo.
-¿Qué te pasa abuelo?
-¿Recuerdas la historia del cuervo tuerto?
-Si abuelo.
-En esa historia. El príncipe Lamber tenia que encontrar a su amada que había sido raptada por una bruja.
-Y la bruja había escondido a la princesa en otro mundo donde el príncipe no podía llegar nunca.
- A no ser………
- A no ser que Lamber dejara este mundo para ir al lugar donde estaba la princesa.
- Así es.
- ¿Pero que tiene eso que ver contigo abuelo?
- Veras, hay muchas cosas que todavía no puedes saber, pero que aprenderás cuando crezcas, ahora cierra los ojos y escucha….

Hice caso a mi abuelo, pero no escuchaba más que el tic tac del reloj.

-Abuelo, solo escucho tu reloj de péndulo.
- Muy bien, eso es…..ese tic tac, nos recuerda que existe el tiempo.
El tiempo es una bruja que te roba cosas, como a Lamber le robo su princesa, como a mi que me ha robado muchas cosas a lo largo de mi vida, y como a ti te robara también.
Y ahora debo viajar a otro mundo para encontrarlas.
- Pero abuelo, yo quiero ir contigo.
-Eso no puede ser - dijo riéndose- cada uno debe tener su propia aventura, yo llevo muchos años esperando la mía y tú deberás de esperar mucho tiempo para vivir la tuya.
-¿Cuanto tiempo?
-Mucho tiempo.
-¿Cuanto es mucho tiempo abuelo?
-Oh mi querido nieto, te voy a echar mucho de menos, ven.
Una lágrima comenzó a resbalar por su mejilla.
-¿Por qué lloras abuelo?
-De felicidad.
-Y si estas feliz, ¿Por qué lloras?
-Siempre te ha gustado mucho preguntar, pero ¿sabes una cosa? el abuelo no tiene todas las respuestas, solo algunas.
-Y allí donde vas ¿estará Lamber y su princesa?
-Pues……..es posible….si-rió.
-¿Y ya no te voy a ver mas?
-Algún día, cuando vayas a emprender tu viaje, el abuelo vendrá a buscarte.
-¿Lo prometes?
-Lo prometo y recuerda, cuando te sientas solo, piensa en mí, yo siempre estaré pensando en ti, nunca estarás solo, el abuelo estará acompañándote siempre, te quiero, no lo olvides.

Y esas fueron sus últimas palabras.

1 comentario:

  1. Los abuelos son la fuerza y esencia de nuestro espíritu. Tienes un pasado y sentimientos que llenan tu espacio, y lo que ahora es tu vida. A mí me pasa lo mismo. Un saludo RamirezNena.

    ResponderEliminar